Las necesidades y exigencias de los consumidores actuales han llevado a las empresas de venta de alimentos, a llevar un control exhaustivo de los lugares en los que se almacenan. Más aún, cuando se trata de la conservación de productos hortofrutícolas. En la que ya no sólo se valora el buen estado, sino también frutas y verduras de mayor calidad y más naturales, prácticamente como si fuera del huerto a la mesa. Lo cual únicamente se puede conseguir mediante cámaras de refrigeración que mantengan las características y la conservación de los productos hortofrutícolas en su máxima calidad.
Cómo conservar productos perecederos
El almacenamiento en frío a una temperatura constante, es una de las técnicas de conservación de alimentos más usada. Son muchas las ventajas que ofrece no sólo a los propios consumidores, con el mejor estado de las frutas y verduras, sino también a productores y al mercado en general. Esto es así ya que, al mantener las cualidades intactas mientras se mantenga la temperatura, permite conservar durante más tiempo los alimentos sin que pierdan la mayor parte de sus cualidades. De esta manera, el consumidor podrá disfrutar durante más tiempo de un determinado producto y el productor podrá seguir los períodos de crecimiento y desarrollo de los cultivos sin necesidad de sobreexplotar la tierra.
Para el mercado, es positivo ya que, este mejor mantenimiento de la calidad en los productos hortofrutícolas permitirá que se pueda comercializar con ellos a otros países. Y favorecer así a la riqueza y al comercio del país dando a conocer productos nacionales.
Conservación de productos en frío
La importancia de la aplicación de este tipo de técnica para conservar en mejor estado los productos hortofrutícolas radica, en los procesos que inevitablemente sufren a temperatura ambiente. Para entender hasta qué punto puede ayudar mantener las frutas y verduras a unas bajas temperaturas, hay que conocer qué provocan dichos procesos. Los cuales son la deshidratación, la descomposición y la respiración de los alimentos.
La deshidratación en los productos hortofrutícolas provoca importantes pérdidas en el peso, que oscilan entre un 5% y 8%. Lo cual supone menor aceptabilidad por parte de los consumidores y la menor calidad de las frutas y verduras. Con la conservación en frío se evita que surjan síntomas con las arrugas en la corteza, encogimiento o ablandamiento.
En cuanto a la descomposición, es bastante claro que a altas temperaturas existen determinados agentes patógenos como las bacterias o los hongos que tienen mayor posibilidad de proliferación. Con lo cual, con la conservación en frío será mucho menos probable que los productos hortofrutícolas se vean afectados y perjudicados.
Finalmente, con la aplicación de bajas temperaturas constantes se logra disminuir en gran medida la disminución de nutrientes y pérdida de agua que inevitablemente sufren los frutos desde el momento de su recogida.
En cualquier caso, hay que tener muy presente la necesidad de mantener las condiciones de limpieza e higiene necesarias en dichas cámaras frigoríficas. Por eso, es muy importante elegir muy bien la empresa de limpieza de industrias adecuada que establezca una periodicidad en las tareas y siga las normas establecidas.