Este fin de semana el Auditorio Maestro Padilla ha acogido durante tres días a ‘Circlassica’, un espectáculo escrito y dirigido por Emilio Aragón como homenaje al 250 aniversario del circo moderno.
Circlassica cuenta una historia de amor entre Nim y Margot, el payaso y la bailarina de un circo. Durante el desarrollo de las más de dos horas de espectáculo, más de 30 personas participan en la obra. Destaca la participación de malabaristas, trapecistas, funambulistas y numerosos payasos . Una representación artística en la que adquieren gran importancia los números aéreos, la música en directo, la danza clásica…
Belleza y elegancia
Cuenta con una puesta en escena de gran belleza y elegancia y un sonido e iluminación fantásticos. Sin duda, es una obra para disfrutar en familia, tanto niños como adultos, pues esta obra saca de los más pequeños una sonrisa y les trasmite pura felicidad y diversión, ya que los artistas demuestran una gran cercanía ante su público.
Emilio Aragón ha querido con este espectáculo homenajear el 250 aniversario del circo moderno y a todos los artistas que decidieron hacer posibles sus sueños, haciendo felices a los demás. Con una historia de amor familiar, usando la figura de su bisabuelo y su bisabuela como conductores de este espectáculo. Circlassica juega con el mundo de los sueños e intenta llegar al corazón del espectador, para que el público realice un emocionante viaje al alma más pura del circo. Más de 180.000 espectadores han disfrutado ya de esta maravillosa obra en toda España.
Tras muchos años en el mundo de la televisión, la música o el cine, Emilio Aragón ha decidido volver al mundo del circo. Muchos lo conocemos, porque es el hijo del famoso payaso español Emilio Aragón Bermúdez (Miliki). En los comienzos de su carrera artística fue Milikito en Los Payasos de la Tele. Tras una infancia rodeada de trapecistas, funambulistas y los mejores payasos, entre los que destacan sus dos tíos: Alfonso Aragón ( Fofó) y Gabriel Aragón (Gaby), además de su padre, claro.
Texto: Jose Herrerías
Fotografías: Jesús Amat