Con el verano llegan los momentos de encuentros con los amigos. Tiempo para ponernos al día y compartir mesa y mantel. Y dentro de las diferentes posibilidades gastronómicas, parece que estos meses estivales se llevan mejor degustando unas carnes cocinadas a la barbacoa.
¿Quién no ha disfrutado delante de una parrilla en El Zapillo al llegar la Noche de San Juan? Si es que una barbacoa da para mucho: para un selfie ‘pinzas en mano’ y delantal puesto en el cortijo de Abrucena o para dártelas de entendido en carnes frente a uno de los puestos del Mercado Central.
Hoy hemos elaborado un listado de consejos para todos aquellos y aquellas “reyes y reinas de las barbacoas domésticas”. Cinco claves para quedar como unos auténticos profesionales de las brasas y condecorarte como el mejor barbacoista de Almería y sus contornos.
1. Parrilla limpia
Antes de ponernos ‘manos a la obra’ debemos asegurarnos de tener limpia la parrilla. Es muy sencillo, basta con encender la barbacoa y cuando esté caliente la parrilla la frotamos con un papel. De este modo eliminaremos los restos de ‘sesiones’ anteriores y la carne sabrá mejor.
2. Leña o carbón
Es cuestión de gustos. Lo más socorrido es el carbón vegetal. Lo podemos encontrar en pequeños sacos en cualquier supermercado. Pero una cosa está clara, con leña nuestra carne quedará con un punto especial, y si es de encina mejor que mejor. Y para encender el fuego dejar a un lado las típicas pastillas de encendido rápido, esas que dejan un olor en la terraza más propio de una gasolinera. Unas ramas secas, unas agujas de pino o unas simples piñas son una opción más que recomendable.
3. ¿Cuánta carne compro?
Suele pasar que compramos demasiado y al final siempre termina sobrando carne como para hacer dos o tres barbacoas más. Basta con planificar bien y pensar que más de medio kilo de carne no se come un adulto. Para el caso de los niños, calcularemos 250 gramos.
Dos consejos extra. El primero es que la carne no puede ir directamente del frigorífico al fuego, como mínimo debemos sacarla una hora antes para que no se nos peque en la parrilla.
Y el otro, que no es necesario que estemos dándole la vuelta a la carne constantemente en la parrilla. Lo aconsejable es que le demos la vuelta cuando la pieza que tenemos en la parrilla, una chuleta por ejemplo, esté cocinada por completo por un lado.
4. El fuego a tiempo
Debemos tener en cuenta que el tener unas buenas ascuas con las que brasear la carne es cuestión de tiempo. Aproximadamente una hora y cuarto antes de la hora fijada para el almuerzo o cena, deberíamos encender la barbacoa si no queremos tener esperando a los comensales.
5. Sin llamas
Para poder empezar a llenar la parrilla de carne, es necesario que las llamas desaparezcan y que las ascuas incandescentes se repartan por toda la superficie. Las llamas sólo servirán para estropear y quemar la carne. En el caso de que por efecto de la grasa de la carne volvieran a aparecer, podemos eliminarlas con un poco de sal.
Y lo más importante: En verano una barbacoa puede ocasionar un incendio forestal con más facilidad que en otras épocas. Asegurate de poder encender fuego en el lugar en el que te encuentres.
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