Más de 6.000 kilómetros de distancia separaban a Lauren Oglesbee de la ciudad de la que se enamoró. Una ciudad que conoció, a primera instancia, bajo el particular calificativo de ‘mar de plástico’. Pero para Lauren o, como todo el mundo la conoce, Lo, “es mucho más que eso”. No había escuchado hablar de ella nunca. Tampoco la eligió. Pero por casualidad, o intervención divina, llegó hasta aquí y se enamoró muy rápido. Aunque ello no quita que Lo tuviera que hacer frente a ciertos choques culturales en Almería.
Lo viene de Estados Unidos, en concreto de Charlotte, una ciudad de Carolina del Norte. Lleva un par de años enseñando inglés en colegios. Este año, además, trabaja como niñera y da clases particulares de esta lengua. Suma así más de 3 años en España.
En 2017 vino por primera vez para estudiar 3 meses en Santander. Volvió al año siguiente con el programa ‘Auxiliares de Conversaciones’ para enseñar inglés en colegios e instituos del país. Aquí es cuando llega Almería para el curso escolar 2018-2019, en particular, a Campohermoso. “Con el programa solo se puede elegir una comunidad autónoma y elegí Andalucía. ¡Y con toda la suerte del mundo me toco Almería!”. Viaja a Granada 1 año y llega la cuarentena. Entonces decide entonces volver a Almería para pasar aquí el confinamiento.
Cinco diferencias
Sabemos que, a nivel nacional, la cultura española y estadounidense pocos aspectos comparten. Pero, ¿y si reducimos la ecuación de la comparación entre la ciudad de Almería y el estado de Carolina del Norte? Aunque Lo asegura que hay muchas diferencias, repasa hoy con nosotros los 5 choques culturales en Almería que más le han impresionado.
Horas de comida
La primera, y más sorprerdente, diferencia entre Almería y Charlotte son las horas de las comidas del día. “En mi ciudad desayunamos normalmente, como aquí, sobre las 8 o 10 horas. Depende de cuándo entras a trabajar y tal… Pero luego comemos a las doce o doce y media, y cenamos sobre las seis. Pues aquí ya sabes que la comida hasta las 14 horas por lo menos no empezamos y, a veces, a las 17 o 18 estas en la mesa todavía. Y en mis primeros meses aquí he dicho a mi misma nunca en la vida voy a cenar tan tarde. Pero, ya ves, anoche cené a las diez y media, así que creo que ya soy almeriense (ríe)”.
Horas de fiesta
Seguimos con el tema de los horarios. Esta vez de los de fiesta, en los que, como siempre, tenemos que ‘dar la nota’. “Con respecto a la fiesta es completamente diferente. En mi ciudad y la mayoría de mi país las discotecas cierran a las 2 de la mañana. Así que puedes imaginar la sorpresa cuando me pegué mi primer fin de semana aquí.” Allí lo mas típico es empezar la fiesta sobre las 19 o las 20 horas y estar en casa sobre la 1 o las 2. “Muy rápido aprendí que no podías empezar tan temprano. Me acuerdo una vez cuando me estaba levantando para ir al curro y había gente volviendo de la noche anterior y yo flipando”.
Mucho con poco
Entre estos choques culturales con Almería, resalta la calidad de vida que puedes tener con poco dinero. “Lo que más me gusta de aquí y lo que mas sorprendió es cómo puedes tener una vida tan rica con muy poco. Mis primeros años aquí trabajando ganaba 700 € al mes y pensaba que era imposible que eso fuera suficiente, que eso es menos que mi alquiler del piso en la universidad… Pero con ese dinero he podido vivir en primera línea de playa, salir cada finde a tomar tapas y copas, viajar, ir de compras y disfrutar todo lo que quería. Aquí puedes salir y gastar 20 euros un viernes y comes y bebes mejor que cualquier sitio en el mundo. En mi ciudad una cerveza solo te puede costar $8-10 y luego una cena, pues ya ves…”
Todo a pocos pasos
Almería no es conocida por su gran extensión, sino más bien por todo lo contrario. Como un ‘pueblo chico’, puedes ir a cualquier lugar andando. “Lo que más me costó cuando llegué fue lo mucho que tenía que andar a diario. En mi ciudad no puedes ni ir a comprar una barra de pan sin coger el coche y llego aquí y estoy andando muchísimo. Al final me gustó y me acostumbré. Creo que es algo que le falta en mi ciudad, porque te obliga hacer ejercicio todos los días y estar fuera también.”
Calles llenas de vida
Como buenos almerienses, una terraza nos gusta más que a un tonto un lápiz. Así lo constató Lo cuando llegó a la ciudad. “Lo que me encanta de Almería, sobre todo en verano, es que la gente vive en la calle. Hay terrazas llenas durante todo el día. Es un sitio con mucha vida y muy sociable y en verano más.”