‘Las Malasmadres’ corren en Adra por la conciliación familiar

El club se echa a la calle al grito de “Yo no renuncio” en su Segunda Carrera Prueba de Obstáculos

Trabajo, colegio, comedor, actividades extraescolares, labores del hogar… ¿Qué persona trabajadora con hijos no se ha enfrentado al difícil reto de conciliar la vida laboral y familiar?  Por eso surgió el Club de Malasmadres, donde las mamás comprometidas con la conciliación afrontan juntas el gran reto de ver crecer a sus hijos sin renunciar a nada por la maternidad. Un club que cuenta con 700.000 afiliadas y que correrá por segundo año en diferentes localidades para que este derecho se convierta en una realidad.

“Yo no renuncio” es el grito de guerra de este club, y con él recorrerán las calles de diferentes ciudades. En Almería se puede realizar la carrera en Adra, que se ha unido a la ‘Segunda Prueba de Obstáculos Yo No Renuncio’. Será el próximo 13 de octubre a las 10 de la mañana en el paseo marítimo de San Nicolás.

5 kilómetros en los que se puede correr, trotar o andar, y en los que se van a suceder 13 obstáculos físicos por la localidad abderitana, que representan cada una de las dificultades que impiden alcanzar una conciliación real. Causas sin resolver que son imprescindibles, y que nos impiden ver que es un problema de todos.

El plazo de inscripción está cerrado a través de la web pero habrá dorsales físicos para apuntarse el mismo día de la carrera. 13 obstáculos que enfrentar todos juntos, padres, padres, abuelos, hijos… todos cogiendo el mismo camino a favor de la conciliación.

La labor de Malasmadres

El Club Malasmadres lleva cuatro años ayudando y asesorando a miles de mujeres que trabajan en PYMES, cuyos recursos son escasos para facilitar la vida a las madres trabajadoras. También luchan por conseguir que los permisos de maternidad y paternidad sean iguales e intransferibles. La educación también es muy importante, por este motivo promulgan en los colegios la educación en igualdad. Una serie de medidas para las que necesitan el apoyo del Gobierno a través de leyes que marquen unos mínimos. Y así, de aquí en adelante, correr por placer.

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