Las cartas de Carmen de Burgos que guardó Benito Pérez Galdós

Un apoyo por correspondencia y correspondido que vinculaba a dos mentes progresistas

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843 – Madrid, 1920) fue un escritor español, representante de la novela realista española del siglo XIX, que además estaba vinculado a la política progresista. Carmen de Burgos Seguí, también conocida como Colombine, (Almería, 1867 – Madrid, 1932) fue una escritora, periodista, maestra y feminista nacida en Rodalquilar. Ambos se conocieron porque compartían las inquietudes de la izquierda progresista y formaban parte de ‘la intelectualidad’ de aquel entonces. La relación que tenían Carmen de Burgos y Benito Pérez Galdós no era solo por el avance de la sociedad y la cultura, también compartían una bonita amistad. Carmen de Burgos mostró, desde el primer momento en que conoció al escritor, su respeto y admiración.

La correspondencia

Carmen solía escribir cartas para mantener informado a su amigo Benito de sus movimientos progresistas y feministas y encontrar en él respuestas de ayuda y ánimo. Benito guardó esas cartas con cariño. A través de ellas, comprendemos cómo el novelista apoyó muchos de los intereses y anhelos de esta mujer, que a principios de siglo fue una voz que tuvo mucho que decir. Benito respaldó las inquietudes de la feminista Carmen. Fueron un total de 21 cartas y 7 tarjetas fueron las que se estuvieron escribiendo durante un periodo de casi 10 años. Las fechas exactas en las que datan son entre el 18 de enero de 1904 y el 16 de junio de 1913, cuando la escritora se marchó a Argentina.


“Admirado maestro y amigo. Usted sabrá dispensar mi atrevimiento rogándole que tenga la bondad de asistir al banquete que celebramos mañana 29 a las 8 de la noche casa de Fournié en obsequio de D. Antonio de Hoyos.
Será digno del gran maestro alentar, a los que empiezan, con su presencia y honor inmenso estar en su compañía para los que no reconocemos otra soberanía que la del talento.
Ruego a usted se sirva decirme si me concede este favor para en tal caso enviarle la tarjeta de invitación y que usted no se moleste.
Siempre su devotísima admiradora.
Carmen de Burgos”.


Almería en una novela de Galdós

Benito Pérez Galdós también menciona a Almería en la cuarta de sus novelas de la serie histórica ‘Episodios Nacionales’ cuando relata un bombardeo a la capital, que podría ser tan ficticio como real.

“No puedo precisar el tiempo que duró mi éxtasis ante la belleza sideral y las imágenes que yo veía entremezcladas y confundidas con las más brillantes constelaciones. Después de media noche, me dijeron que descansaría mejor en el camarote de maquinista que me habían designado. En él me metí a punto que los marineros señalaban ya la luz de Águilas. Tumbado en la litera dormí hasta el amanecer. Me despertó la faena de baldeo, a la que siguió un movimiento general de toda la gente de a bordo. Estábamos frente a Almería.

Media hora después, las dos fragatas se aguantaban sobre máquina, a prudente resguardo de la población. A simple vista distinguíamos enorme gentío apiñado en el muelle, en las azoteas y en las alturas de la Alcazaba. El General Contreras mandó a tierra a su ayudante con la orden de que viniesen a bordo las autoridades. Pasó una hora. Vimos llegar un bote de la Comandancia del puerto trayendo a varios señores que, según oí, eran el Gobernador civil, el Cónsul inglés y comisionados de la Milicia Nacional y de los contribuyentes. Subieron a bordo, y allá se fueron todos con el General a la cámara de popa.

Lo que allí trataron, en una hora larga, yo no lo supe por el momento; pero lo que pasó después me indicó que no accedieron los almerienses a lo que nuestro intrépido General les pedía, a saber: contribución en metálico y que se retirasen de la plaza las fuerzas militares… Volviéronse a tierra un tanto mohínos los caballeros que nos habían visitado, y poco después advertimos que en la población construían a toda prisa parapetos*. Las cornetas de nuestra fragata y de la Vitoria tocaron zafarrancho de combate.

A eso de las diez empezamos a disparar balas contra la población, previo aviso a los Cónsules. La Vitoria disparó una sola granada. Comprendimos que el General quería causar a la plaza el menor daño posible. Como yo en mi vida había visto un combate naval, me imponían, no diré sólo respeto sino cierta pavura, la trepidación de la nave a cada disparo, y las nubes de humo que por todas partes me cerraban la vista. Era como el bosquejo de una catástrofe. Pensaba yo que ya estaban hechos polvo los pobrecitos almerienses”.

Pérez Galdós, Benito. ‘La Primera República’. Capítulo XXII. Madrid (1911). Serie ‘Episodios Nacionales’.

*Parapeto: Muro de piedras, sacos de arena y otros materiales, que sirve para proteger a los que luchan de los ataques de sus enemigos.

Fuentes:
– Diccionario Biográfico de Almería. Dipalme.
– Biografía de Benito Pérez Galdós. Instituto Cervantes.
– Navarrete­-Galiano Rodríguez, Ramón. ‘Cartas de Carmen de Burgos y Benito Pérez Galdós: Una correspondencia liberal’. VIII Congreso Internacional Galdosiano 2005.

Imagen de cabecera: banco de imágenes libres Needpix.com

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