Podríamos afirmar que el almeriense Antonio Góngora Galera (1911-2010), es el arquitecto de la reconstrucción de la postguerra, menos conocido y reconocido. Algo que no pasa con su coetáneo Guillermo Langle (1895-1981). Quizás esto sea porque le falte una primera etapa historicista, más llamativa y atractiva para el gran público.
El arquitecto almeriense aprobó su licenciatura en Ciencias Exactas, en 1932, y posteriormente la de arquitecto. No fue hasta 1940, cuando tomó posesión como arquitecto del Servicio de Catastro de la Riqueza Urbana en la Delegación de Hacienda.
También, fue arquitecto de la Obra Sindical del Hogar, Instituto Nacional de la Vivienda, Junta Provincial de Construcciones Escolares y de la Cámara de la Propiedad Urbana hasta su jubilación en 1981.
Góngora y Langle controlarían la actividad arquitectónica en Almería hasta dar paso a la segunda generación de la postguerra representada por Javier Peña y Fernando Cassinello. Es padre de los también reconocidos Arquitectos Antonio y Luis Góngora Sebastián, iniciando la saga.
Añadir como curiosidad que impartió clases, en la academia Santo Tomás de Aquino, de preparación al ingreso en Magisterio. Es aquí, cuando forma parte de la Diputación Provincial en los 50 y en 1977, es Vocal de la Asociación de la Tercera Edad.
Un Antonio Góngora adaptado a los nuevos tiempos
Aficionado a la pintura, gran cazador de perdices y admirador del arquitecto madrileño Antonio Vallejo, ideó junto a su hermano Emilio una vigueta que patentaron con el nombre de ‘Emán’, que reducía el consumo de cemento y hierro en época de carencia de recursos constructivos.
Supo adaptar el racionalismo de la vanguardia, el movimiento moderno y la monumentalidad de la arquitectura del régimen franquista, a una amable ciudad mediterránea como Almería.
Requería un desarrollo más horizontal, si bien, al final de su trayectoria sucumbió al desarrollismo vertical. La razón era debida a la presión del mercado inmobiliario (por ejemplo, con el edificio plurifamiliar en calle Gerona para Moreno Alarcón y en calle San Leonardo).
Desde sus comienzos se comprometió con la reconstrucción de nuestra tierra. Eran tiempos de desolación y penuria, con déficit de vivienda para absorber el crecimiento demográfico. La emigración rural a la ciudad y la urgentísima necesidad de proporcionar alojamiento digno a miles de almerienses que malvivían en cuevas y en asentamientos infrahumanos en La Chanca. El nuevo orden que representaba el régimen franquista se propuso como primera aspiración «ningún hogar sin lumbre y ni un español sin pan» y a ello él contribuyó dignamente.
El trabajo del Doctor Alfonso Ruiz
Nadie como el Doctor Alfonso Ruiz, con su ya clásica monografía «Arquitectura, Vivienda y Reconstrucción en la Almería de la Postguerra (1939-1959)», ha tratado el legado arquitectónico de Góngora.
Sirva este texto para ir completando el catálogo de su inmensa obra, que está aún por recopilar, con estas maravillosas fotos de Blas Fuentes.
Inició su carrera realizando estudios y proyectos para Pedro Muguruza y la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de Gobernación sobre tipologías rurales y viviendas de pescadores en Málaga y Almería. Incluidos en el Plan Nacional de Mejoramiento de la Vivienda en los Poblados de Pescadores (Adra, Almería, San José, Balerma, El Zapillo, Las Negras, Garrucha, Roquetas, Cabo de gata y Carboneras).
Sin duda, lo más singular de su creación son los equipamientos públicos. Pronto contaron con él para proyectar la hoy desaparecida Obra Sindical ‘18 de Julio’. Con Langle, Institución Sindical de Formación Profesional ‘Francisco Franco’, Escuela de Comercio, Centro de Actividades Náuticas, Escuela de Mandos de Sección Femenina «Reyes Católicos» y su obra más emblemática: la Casa Sindical (1952). Inscrita en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como inmueble representativo del Movimiento Moderno.
Proyectó muchos grupos escolares en Gádor, Tíjola (CEIP «Sagrado Corazón de Jesús»), Lúcar, Matagorda, Vélez Rubio, Albox, Beires, Adra y Roquetas de Mar.… entre otros. A Guillermo Langle y a él le ofrecieron proyectar Casa Escuela y Vivienda para el Maestro en Cuevas de los Úbedas, Cuevas de los Medinas, Níjar, Parador de Las Hortichuelas y Vega de Acá; en el Alquián, Cabo de Gata, Peñicas de Clemente, Almadraba y en la Cañada de San Urbano. El Instituto Laboral «Fernando el Católico» en Vera, la Escuela de Maestría (1944) y el Grupo Escolar ‘Caudillo Franco’ en el Zapillo (hoy demolido), Colegio Nacional Ángel Suquía están firmados por él.
Trabajos de Langle y Góngora
Son suyos el Ayuntamiento de Canjáyar, Huércal y Félix, la ampliación del hogar de niñas ‘José Antonio’ y la reforma del Teatro Apolo para adaptarlo a cine. También, el Teatro Municipal de Tabernas, Mercado y Matadero en Adra, Mercado para Huércal Overa, Níjar y Sorbas, Escuela de Formación Agrícola del Frente de Juventudes en Alhama y Cruz de los Caídos en el Cementerio de San José de Almería.
Para suplir una casi inexistente iniciativa privada, realizó una ingente obra social dispersa por toda la provincia firmó así, por ejemplo:
Los planos del Poblado de Pescadores en El Zapillo (1941), Poblado Minero de «El Arteal» en Cuevas del Almanzora. Las viviendas para productores en Poblado Minero de Rodalquilar, Chercos. El Grupo de viviendas «José Antonio Primo de Rivera» en Poeta Paco Aquino, Grupo «Fernández Bueso» en el Tagarete, Grupo «José Antonio» en Carboneras, Grupo de Viviendas «Jacinto Marín» (1954), Grupo de viviendas en Avenida de Vilches, promoción «Costa Bella» en El Alquián, Grupo de Viviendas «Nuestra Señora del Rosario» en La Cañada (1961).
Sin olvidarnos de la Plaza del Quemadero y Béjar (1959), Roquetas (calle José Ojeda), Benahadux, Adra, Tíjola, Vera y Canjáyar (Grupo de viviendas «santa Cruz»)…
Langle es coautor de ‘Viviendas para Maestros’ en Avenida de Vilches y 304 viviendas en el entorno de la Plaza de Toros.
Se le atribuyen remontes para aumentar edificabilidad sin ocupar más suelo en armonía con lo antiguo en Parque de Nicolás Salmerón, en Paseo, Navarro Rodrigo, Alcalde Muñoz, para el Doctor Vasserot en calle Arapiles y muchos más.
Un legado que continua en la actualidad
También fue contratado por la burguesía local y demostró creatividad en viviendas suntuosas, sobresaliendo la de calle Méndez Núñez para Francisco Puertas con jarrones y pináculos en torre. Vivienda y sanatorio para José Martínez Oña en calle Terriza, Clínica Dr. Artés en Doctor Giménez Canga-Argüelles. También, la vivienda Durbán en calle Regocijos, casa para Enrique Rodríguez en Plaza del Carmen.
Otros trabajos también estuvieron a su cargo como las casas en Dolores Sopeña, Familia Ortiz de Grau en calle Gerona, edificio en calle de Las Tiendas, dos viviendas gemelas en González Garbín. Otro grupo de 8 viviendas en Jesús de Perceval, almacén y vivienda en el Malecón del Obispo Emilio Giménez, vivienda de María Rubí.
Y por supuesto chalets: en la Playa de Las Conchas para Eusebio Elorrieta y familia Núñez, Eladio Guerrero, Leloir Roger Albert, Wuest Werner, José Juárez estos últimos en Roquetas…sin ánimo de cierre.
En Carretera de Ronda concibió la Fábrica de Mosaicos de José González y Antonio Márquez. La sede de la Empresa «Agruna», Capilla y salón de actos Colegio «Stella Maris» (1961). El edificio de los almacenes «Marín Rosa» (1967), Laboratorios «Durbán» en calle Santos Zárate, Colegio «El Arcángel» en Hermanos Pinzón.
El conocido concesionario «Seat» de Modesto Ortega en San Juan Bosco y Almacén en Balanegra para José Pinteño y en El Ejido de Dalías para Juan Cantón, entre otras muchas edificaciones.
Adaptó multitud de establecimientos como la Joyería Regente, la Ortopedia Madame Rivera, Banco de Bilbao en Roquetas de Mar (1975) y el Bar Castilla. Por último, resaltar la ejecución del edificio del Restaurante ‘Rincón de Juan Pedro’, Almacenes Antonino Verde en Berja. Y cómo no, los hoteles ‘Costasol’, ‘Fátima’ en calle Santo Zárate, ‘Abdera’ en Adra y Hairán.
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