Aprovechando la ubicación de Abrucena en la falda norte de Sierra Nevada, hoy te traemos tres maneras de disfrutar de la naturaleza en este municipio almeriense. Rutas, senderos y áreas recreativas. Lejos del asfalto, podrás maravillarte de las vistas que Abrucena ofrece desde distintos miradores.
Si quieres disfrutar de una buena panorámica de la cara norte de la Sierra Nevada almeriense lo mejor es comenzar por la ruta La Jairola – El Castillejo (PR – A 303). Ahora es el mejor momento de disfrutar del blancor de sus laderas, mientras el sol aún se esfuerza por calentarnos.
Ruta La Jairola – El Castillejo (PR – A 303)
El sendero tiene una distancia de 9,9 km y dura, aproximadamente, 4 horas y media, contando ida y vuelta. Para emprenderlo debemos atravesar el pueblo y bajar hasta toparnos con un mirador que marca el inicio de la ruta. Aquí comenzaremos a caminar por el camino de la Jairola entre terrazas y huertas. Si seguimos encontraremos una acequia con agua de la misma Sierra Nevada; cruzamos el túnel y hallamos el mirador de la Jairola. Un lugar mágico en el que deberás tener la cámara preparada.
Seguimos y encontraremos la Rambla de los Santos, donde nos deberemos adentrar para seguir el camino. Al otro lado de la Rambla nos topamos con un ascenso, pero no será para nada duro, porque las vistas son inmejorables. Subiremos zigzagueando hasta que la pista nos lleva a la cortijada ‘Los Monos’. Una construcción emblemática de Abrucena, pues data del año 1507. Más tarde daremos con el cortijo ‘La Abruvilla’.
Seguimos subiendo una pendiente suave y pasamos junto al cortijo ‘Los Lotrines’. Desde aquí disfrutaremos de una maravillosa vista del llano que forma el valle del Nacimiento. En el siguiente cruce iremos hacia abajo y encontraremos un pinar, justo en el punto más alto del sendero. Llegados a este otro cruce, tomaremos el camino de la izquierda. A 300 metros giraremos hacia la derecha por un sendero, donde hallamos el Cortijo de Haza Mocha.
A los pies se encuentra el Barranco de los Lotrines, paralelo al sendero que debemos seguir. Posteriormente seguiremos hacia El Castillejo. Un asentamiento de origen ancestral cuyos suelos han albergado restos de cerámica neolítica. Aún se pueden vislumbrar algunas torres defensivas y un aljibe romano. Es un lugar encantador, porque ofrece unas vistas increíbles de Abrucena, Sierra Nevada, Abla, Sierra de Baza y Filabres, así como del Valle del Nacimiento.
Para volver al pueblo deberemos volver al cruce anterior al Castillejo y bajar de nuevo hacia la Rambla de los Santos. Llegaremos al río y subiremos por un camino empinado, pero corto.
Áreas recreativas
En Abrucena podemos disfrutar de dos áreas recreativas distintas. La primera de ellas es ‘La Roza‘, hallada entre pinares y arbustos. En este lugar podremos encontrar un espacio de ocio para los menores y merenderos para los visitantes. Dispone de 48 mesas, agua potable, aparcamiento y zona de acampada (con previa autorización). Para llegar tendremos que pasar el pueblo y dirigirnos hacia la sierra por un carril asfaltado. Encontraremos el área a 8 kilómetros desde este punto.
Otra área recreativa es la ‘Venta del Serbal’, un lugar para disfrutar con amigos, niños y familia. Aquí podrás comer mientras disfrutas del contacto directo con la naturaleza. Dispone de 23 mesas, 34 barbacoas y 50 plazas de aparcamiento, WC y 2 fuentes de agua potable. Aunque pertenece al término municipal de Abrucena, deberemos acceder desde la carretera provincial AL-3404 (ALP-503) que conecta Abla con Canjáyar. Para aprovechar este espacio solo tendrás que llevar comida, bebida y buena compañía.
Sendero PR-A 15
Para disfrutar de los impresionantes barrancos de Abrucena solo deberás dirigirte al Puntal del Haza Pepe Gómez, a 2,5 km del pueblo e iniciar esta ruta. A partir de este momento, el sendero transcurre siguiendo el mismo cauce del río Nacimiento mientras podemos disfrutar de unas espectaculares vistas del cerro de Tautila. Seguimos hacia adelante y salimos del río poco antes de cruzar el ‘Cementerio de los moros’; lugar dominado en antaño por la cultura Al-Andalus. Esta ruta tiene una longitud de 14,5 km y es recomendable hacerla en verano, otoño y primavera.
Cuando abandonemos el río podremos hacer una parada en el área recreativa de la que hablábamos, ‘La Roza’. Si seguimos el sendero, desde el mirador ‘Tajo de los Cejes’ podremos ver la Sierra de los Filabres, la Vega de Abrucena y otros pueblos colindantes como Fiñana, Escullar o Abla.
Entre la arboleda hallaremos el ‘Barranco del Diablo’, donde el terreno se vuelve abrupto y las encinas milenarias habitan. Aquí tendremos la oportunidad de ver cascadas como la de Piedra Horadada. En el barranco que lleva el mismo nombre nace el río Nacimiento.
Desde la ‘Majada de Panadero’ bajaremos hacia ‘Los Puntalillos’ y el barranco del Peral. Antes de llegar al punto de partida realizaremos una última parada en el mirador natural de ‘Las Torrecillas’.