Andrea Ferrer es una almeriense de Roquetas de Mar que se afincó en Edimburgo tras terminar sus estudios de Gráfica Publicitaria en la Escuela de Arte de Almería, en 2015 se graduó y comenzó a buscar trabajo. Las cosas estaban muy complicadas en Almería y no encontraba nada, así que decidió marcharse con un grupo de amigas a la capital de Escocia.
Ahorró 1.000 euros hizo las maletas y se despidió de su familia. Ferrer nunca había salido de España, era la primera vez que viajaba fuera del país y que se separaba de su entorno.
«No aguanto más aquí»
Cuando llegó al destino junto a sus amigas les costó muchísimo encontrar piso, finalmente consiguieron hacerlo, pero tuvieron que abandonarlo por motivos ajenos a ellas. Tenían que buscar una solución, así que decidieron instalarse en un ‘hostel’ donde dormían mínimo seis personas. «Al principio fue divertido pero luego yo decía: me voy a España no aguanto más aquí», relata la almeriense.
Una vez instalada encontró trabajo, primero en un catering y luego como recepcionista en un restaurante. Pensaba que su inglés era bueno, sin embargo, tras tratar con los escoceses se dio cuenta de que no. Sus amigas se marcharon de Edimburgo y ella decidió quedarse allí y aprender el idioma por lo que que se apuntó a ‘Edinburgh College’.
Tras soltarse un poco con la lengua inglesa empezó a perder la vergüenza de hablar con la gente y comenzó a mantener relación con su actual pareja, era griego y no hablaba español. «Yo no sé cómo surgió la historia, él tuvo mucha paciencia conmigo por el idioma y a día de hoy la sigue teniendo» cuenta Ferrer.
Una devolución de mierda
Su fluidez con el inglés también le empujó a buscar otros trabajos y le llamaron para trabajar en Zara, donde llegó a ser manager. Aquí Andrea Ferrer recuerda una anécdota: «Cuando venían a recoger cajas de perchas u otras cosas que ya no necesitaba en tienda, se rellenaba un papel que se llama ‘Devo sheet’ depende de como pronuncies ‘sheet’ parece que dices ‘shit’ (mierda) entonces, a veces, cuando se lo decía entendían que les estaba haciendo una devolución de mierda«. Sus compañeras le decían que tuviese cuidado porque en ocasiones se lo decía a sus superiores, pero Ferrer aclara que es algo que no podía evitar porque su pronunciación con mezcla almeriense nunca se le va a quitar.
La de Roquetas viajó con la idea perseguir su profesión y trabajar como diseñadora gráfica. El llegar a la ciudad con amigas, descubrir el lugar y sentirse segura con su nivel de inglés le ha llevado a retrasar este objetivo, pero finalmente ha conseguido alcanzarlo. Ahora está trabajando como ‘freelance’, y le van saliendo bastantes trabajos que compagina con sus estudios de ‘UX Desing’ (experiencia de usuario). Destaca de Reino Unido las salidas laborales que existen y la facilidad para estudiar.
Recomendaciones
Si vamos a visitar Edimburgo, Ferrer nos recomienda pasear por los pueblos de alrededor antiguos, con castillos e iglesias y que califica como lugares de cuento. Tampoco nos podemos perder un lugar que enamora, según su criterio, y se refiere a la Ciudad Vieja con pasadizos y túneles secretos que te llevan a otros lados.
A Andrea Ferrer le encantaría volver a Almería, porque, entre otras cosas, las playas de Cabo de Gata y la de Aguadulce no las hay en Edimburgo. Al igual que tampoco puede disfrutar de la luz que tenemos en la provincia andaluza. Ya está más acostumbrada, pero cuando llegó no quería salir porque siempre estaba lloviendo, y sus amigas le decían: Andrea, acostúmbrate porque aquí llueve casi todos los días del año. Ahora en su bolso nunca falta un pequeño paraguas como elemento indispensable para salir de casa.
Pero a pesar de querer regresar a casa, su visión, al menos a corto plazo, es seguir en la capital escocesa debido a la falta de salidas laborales que continua habiendo en su sector en Almería y continuar alcanzando sus objetivos en el diseño gráfico.